"No me metan prisa". Eso ha respondido el presidente Alberto Garre cuando le han preguntado por el nombramiento del nuevo consejero de Agricultura para indignación de un sector del PP -tropas de Valcárcel y Pedro Antonio Sánchez- que creen que obedece a una estratagema para retrasar la orden de cese y así dar tiempo al magistrado Abadía a imputar a Ramón Luis Valcárcel.
Un análisis tan retorcido como posiblemente incierto. Es verdad que Garre podría haber nombrado nuevo consejero el pasado viernes y es cierto que Antonio Cerdá sigue siendo consejero en funciones de Agriculura y Agua. Pero no es menos cierto que cuando Garre decidió tomarse el fin de semana para reflexionar -a media mañana del pasado jueves- no sabía nada del auto que el juez Abadía envió el viernes a la fiscalía en el que señala a Ramón Luis Valcárcel como la X de Novo Carthago y pide al ministerio público que se pronuncie para imputarlo.
De haber nombrado sustituto a las pocas horas habría situado en un segundo plano informativo la maniobra orquestada por Valcárcel para eludir las garras del juez Abadía. Una maniobra que Garre no quería creer porque "sería muy grave". Tan grave debió parecerle la maniobra para burlar a la justicia que decidió aguantar el nombramiento del sustituto a costa de alargar la crisis de gobierno. De esa forma Garre conseguía que se hablase durnate todo el fin de semana del plan urdido por el comando "Salvar al soldado Valcárcel" y, de paso, que la ciudadanía y el propio partido asimilen de qué pasta está hecho aquel que anda aporreando puertas en Madrid hasta rozar lo "histérico" para imponer a su delfín como candidato con el falso argumento de que "es lo que quiere el PP". Propio de quien ha llegado a creerse que "el PP de la región de Murcia es él y nada más que él".
Alberto Garre está demostrando más fortaleza física de la que se presuponía hace 10 meses pero, sobre todo, mente fría y estrategia política. No pocos, de uno y otro bando, le pidieron que cesara al consejero Pedro Antonio Sánchez cuando el fiscal presentó la querella contra él por las obras del auditorio de Puerto Lumbreras a principios del pasado mes de febrero. De haberlo cesado -ganas no le faltaban- hoy Garre no tendría ninguna opción de ser el candidato a la presidencia autonómica. Habría cesado a un hombre que a los pocos días fue desimputado de presunto cohecho por la compra de su dúplex en Puerto Lumbreras con lo que le habría convertido en un martir para el que muchos dentro del partido exigirían su resarcimiento con la candidatura autonómica. Además Garre sería visto por la sociedad y su partido como un hombre vengativo que aprovechó la mínima oportunidad que surgió para quitarse de enmedio a un contrincante político.
Garre decidió aguantar y acertó. Como está acertando ahora retrasando el nombramiento del nuevo consejero de Agricultura. Seguro que no pretendía dar tiempo al juez Abadía para imputar a Valcárcel pero lo cierto es que lo está consiguiendo para indignación de unos cuantos que, cuando diseñaron su retorcido plan, no contaron con el presidente de la comunidad.
Si apresuras el paso, apresuras también tu destino. Garre no tiene prisa al contrario que otros. No quiere apresurar su destino. Quiere decidirlo.
Pero como dice D. Mariano ¡¡¡¡Viva el vino. Y los chuches!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario